Te marchaste y tuve tanto tiempo para estar a solas con mis pensamientos, que terminaron por enloquecerme. Todos y cada uno de ellos, me hablaban acerca de ti. De tus gestos y tus palabras, De la decisión que habías tomado y como esta significo el fin del mundo para mí. Me susurraban consejos de comprensión y paciencia, recuerdos de amor y la noción de sentirme en soledad, detestándote a ratos, amándote en otros. No puedo evitarlo, influyes tanto en mis sentimientos. Supongo que de una u otra forma continuaré reprochándote, a causa del gran amor que siento hacia ti.
Nunca quise que te fueras, pero sé que no habría servido de nada tratar de detenerte. En este preciso instante, estoy recordando cada una de las sensaciones que se apoderaron de mñi en diferentes momentos: la primera vez que te vi, cuando nos animamos a salir juntos, cuando compartimos el primer beso, el día en que nos dijimos el uno al otro lo que sentíamos y todo fue oficial. Extraño mucho esa época, porque me parecía que teníamos todo el tiempo del mundo por delante y no había que tomar decisiones que nos separaran. No nos preocupabamos por nada. Pero tal parece que el tiempo puede ser capaz de convertirse en nuestro peor adversario, porque tarde o temprano, nos trae elecciones que no podemos eludir y que son las más difíciles de tomar. El día que regreses, sé que estaré más feliz que nunca pero también que vamos a enfrentarnos a muchas cosas más. Es inevitable y es algo que no quisiera vivir al lado de nadie más. Creo que no tengo remedio.
Quiero pensar en esa fecha, en la que por fin pueda tenerte en mis brazos como antes. Quiero imaginar como será el momento, como sucederán las cosas, lo que me dirás y cuantas veces te voy a decir que me habías hecho falta. No puedo creer la capacidad que puede tener una sola persona, de trastornar tu mundo por completo. Tal y como lo has hecho con el mío.
Te voy a seguir esperando, porque no tengo otra opción. Ya no puedo darle mi corazón a alguien más, incluso aunque lo quisiera o tratara de hacerlo. Me tienes en tus manos. Y yo siempre estaré ahí para ti, porque eres lo más valioso con lo que cuento.
¿Te gustaron los breves mensajes que acabamos de compartir contigo? Ójala te hayan servido para desahogar todo eso que puedes sentir, cuando tu persona especial se halla en un punto muy diferente al tuyo en el mundo. Esperamos que encuentres estos textos lo suficientemente especiales, como para dedicárselos a ese alguien que hace que los latidos de tu corazón se aceleren.
¡No dejes de visitarnos en Amorteca, porque aún nos quedan demasiadas sorpresas para ti! Déjanos tu comentario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario