Me palpita el corazón cuando supe que ibas a irte, aunque me prometiste volver. Todavía no supero el dolor de saberte lejos y aún hoy, hay noches en las que no puedo dormir, pensando en lo que estarás haciendo, si piensas en mí con la misma intensidad con la que yo lo hago, si te encuentras bien y deseando que el tiempo transcurra más deprisa. Pero tal parece que los minutos se han convertido en mi peor enemigo. ¿Hasta cuando podré volver a sentir tus brazos en torno a mí? Tantas veces he soñado con el instante en que nos volvamos a encontrar.
Quiero estar contigo pero solo encuentro vacío a mi alrededor. Todavía en la distancia te añoro, imploro tu presencia y anhelo con todas mis fuerzas el día que estés frente a mí otra vez. No te voy a mentir al decirte, que te guarde rencor por tu viaje tan inesperado. Te llevaste a mi corazón y una parte mía sin la que no puedo vivir. Me gustaría decirte tantas cosas y besar tus labios una vez más. Cuando vuelvas, te estaré esperando con los brazos abiertos pero también sabrás cuanto te he extrañado, en cada lágrima que he derramado por ti y hasta en las veces en las que me he molestado contigo, por despertar en mi interior tantos sentimientos que ahora, no encuentran salida alguna ni en quien proyectarse.
Pero te amo y eso es un hecho. Sabías que te esperaría a pesar de todo, en contra de todos. Es tan complicado amanecer cada día y recordar que te encuentras lejos de mí. Ahora quiero sonreír y borrar todo rastro de tristeza de mi rostro, porque aún siento que te tengo y cada vez falta menos para volverte a ver.
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