sábado, 7 de diciembre de 2013

Podemos enamorarnos de quien menos pensamos.



Recuerdo todo como si hubiera pasado ayer… Fue una mañana en el liceo, yo acababa de cumplir 15 años una semana atrás, ese día mi amiga me pidió el celular para mandar un mensaje, pero luego me di cuenta que estaba mandando y mandando mensajes y yo le dije que ya era suficiente y me entregó mi cel, pero cuando lo vi resulta que le escribía a un chico, yo seguí con la conversación y le pregunté su nombre completo, y luego mi amiga le dijo que no había sido ella la que le había preguntado eso, sino una amiga (yo), dejé que hablaran hasta que me fui a casa, ya en casa él me preguntó mi nombre, y yo se lo dije (era para guardar mi número).

Al día siguiente me escribió preguntando por mi amiga, pero yo ya estaba en casa y no podrían hablar, así que él me saco conversación y duramos varias horas hablamos. A él le gustaba mi amiga pero ella no sentía lo mismo. Pasó el tiempo y de tanto charlar nos hicimos grandes amigos, él es de otro estado así que hablábamos por mensajes y Facebook, nunca nos veíamos sino por fotos.

Un día me empezó a molestar diciendo que yo le gustaba y yo de tanto le dije “deja fastidio, acaso yo te gusto o qué??” Y allí me dijo pues sí, pero no le creí. Tiempo después hablamos seriamente y me dijo que lo que dijo ese día era verdad y yo le dije que también me gustaba pero quedamos con que no se podría por lo lejos (vive como a 400 km) y quedamos como amigos y “hermanos”.

Era extraño porque después hablábamos como amigos pero como sabiendo que pasaba más, así pasó un tiempo. Pero ya hoy en día seguimos hablando, pero no tanto como antes, he hablado con su hermana y me ha dicho que sabe cuándo habla conmigo porque se ríe y carga una gran sonrisa, y yo le dije que solo somos amigos, pero si soy 100% sincera él me sigue gustando.

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