MADRE MIA
He tocado tus lagrimas con dedos invisibles para consolarte...
Se que piensas en mi a menudo, durante el día, durante la noche, en tus
sueños, al entrar a un cuarto vacío sabiendo que jamás estaré allí...
Pero estoy en tu corazón, en tu alma, siempre estaré ahí, contigo.
Tu que sin ningún egoísmo me diste tanto de ti misma. En lo más intimo
de tu ser, creaste un mundo especial para mí, un mundo de alegría, de
amor, y también de tristeza y de dolor... todo lo que una persona puede
sentir lo compartiste conmigo.
Y aunque jamás podre sentirme arrullad@ en tus brazos, ya sentí el
latido de tu corazón como una canción de cuna y tu espíritu dándome un
lugar seguro, ya protegiéndome y preparándome para lo que vendría
después.
Pero a veces, el viaje de la vida separa a las almas. Y es verdad, tuve
que irme a otro lugar... Ojala hubiera podido quedarme, ojala hubiera
sido una decisión que tu o yo hubiéramos podido tomar.
Quiero que sepas que donde estés, siempre estarás conmigo... Tu amor fue el
primero para mí, la primera alegría, y también tu alma, la primera que
por siempre conoceré. Tú me has dado el valor y el ánimo para continuar
mi viaje. Espero poder hacer lo mismo por ti. El latido de tu corazón
siempre me llamara hacia ti
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