Vienes a mi con tú ternura,
con esa dulzura de la que me enamoré;
luego te vas sin ninguna explicación y contigo mis sueños.
En ese momento, donde te veo marchar,
mi sangre deja de correr y,
por ende, mi corazón no late.
Vienes y te vas,
juegas con mi ilusión
haciéndome creer que ya nunca mas te iras,
pero solo me engañas.
Se que cuando entre el sol por mi ventana te marcharas
y contigo mis deseos, mi amor;
y tú sabes que estaré aquí
esperando a que vuelvas.
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